LA FUNDACIÓN SANTA MARIA DE COMABELLA ACOMPAÑÓ EL AÑO PASADO 192 PERSONAS DE LAS COMARCAS DEL BAGES, MOIANÉS, BERGUEDÀ Y OSONA

La entidad ha aprobado la actualización de su nombre para adecuarlo a los nuevos modelos de atención que abandonen la idea de las tutelas, reforzando los aspectos de autonomía personal y en los principios de necesidad y proporcionalidad de las medidas de apoyo que puedan necesitar

El último año 2021 ha supuesto un reto para todas las entidades del tercer sector que trabajan apoyando a personas en situación de vulnerabilidad,  reforzando los aspectos de autonomía personal, el respeto a la propia voluntad y deseos de la persona, basándose en los principios de necesidad y proporcionalidad.

Haciendo recopilatorio de este año tan diferente, la  Fundación Santa Maria de Comabella ha publicado la  Memoria anual , donde se recogen las actividades realizadas por esta entidad sin ánimo de lucro. Esta fundación, creada en 1994 en la comarca del Bages y promovida por la fundación AMPANS, acompañaba a finales del año pasado a  192 personas  de las comarcas del Bages, Moianès, Berguedà y Osona. 

La principal función de la fundación es apoyar en la toma de decisiones a las personas adultas con discapacidad para que puedan ejercitar su plena capacidad jurídica en igualdad de condiciones que el resto de personas.

La entidad trabaja con un equipo multidisciplinar formado por profesionales del ámbito social, económico y jurídico, que diseña las medidas de soporte para garantizar el respeto de los derechos de las personas, la estabilidad personal y patrimonial.

La Memoria recoge las actividades más relevantes del año, para que estos colectivos tengan capacidad jurídica en igualdad de condiciones con las demás, en todos los aspectos de su vida y promueve un sistema de provisión de soportes respetuoso con las voluntades y las preferencias de la persona. 

El nuevo modelo sitúa, en Cataluña, la figura del asistente personal (familia o entidades sin ánimo de lucro autorizadas) como eje central para el cuidado primordialmente asistencial, incluyendo el apoyo a la gestión económica y emocional. Esta nueva regulación está inspirada en el respeto a la dignidad de la persona, velando por el cumplimiento de sus derechos fundamentales y el respeto a la libre voluntad de las personas con discapacidad, así como en los principios de necesidad y proporcionalidad de las medidas de apoyo que puedan necesitar.

El año también supuso un reto para la continuidad de los efectos de la pandemia, aunque se pudo recuperar el contacto físico y las visitas y actividades previstas, con las medidas de protección y prevención establecidas. Las medidas de seguridad se han extremado en la atención directa, que se ha mantenido en aquellos casos en los que las personas presentaban unas condiciones de vulnerabilidad que no les permitían la autonomía suficiente para ocuparse de las propias actividades básicas diarias. 

Los efectos de la pandemia también han traído una reducción en el número de casos asumidos, así como un aumento en el número de defunciones, sobre todo en el colectivo de personas mayores. Sin embargo, el número de personas acompañadas a finales del año 2021 supone un incremento del 13,61% sobre las personas atendidas el año anterior.

Por otra parte, destacan iniciativas que se han podido realizar en beneficio de las personas atendidas. La creación de un grupo de salidas autónomas, la realización de actividades de ocio y culturales subvencionadas por la  Diputación de Barcelona  o las aportaciones de entidades como la  fundación La Caixa , que han permitido paliar los efectos de la COVID en a través de la donación de lotes de productos de primera necesidad y han potenciado el proyecto de hogares autónomos.

A pesar de las dificultades que 2021 ha presentado, la fundación concluye la memoria con una valoración positiva en cuanto al desempeño de su misión y sus valores recogidos en los estatutos: velar por el bienestar e interés de la persona a través de una atención personalizada, apoyando y acompañando a la toma de decisiones, así como al entorno familiar o más cercano de la persona.

Recientemente la entidad también ha aprobado la actualización de su nombre, dejando de utilizar el término de tutela, para adecuarlo a los nuevos modelos de atención que abandonen este concepto, reforzando los aspectos de autonomía y participación personal y social.